En esta ocasión corresponde hablar del funcionamiento del eje hipotalámico- hipofisiario-testicular, que tiene como objetivo final, mediante un condicinomiento de las gónadas masculinas mantener de la especie humana al regular la formación de las células germinales del hombre, los espermatozoides. Ese condicionamiento es relativamente sencillo, pues busca que el ambiente donde los gametos se desarrollan sea un entorno nutricional y hormonal adecuado. En los varones, el eje hipotálamo-hipófisis-testículos, es un buen candidato a intervenir en este tipo de ajustes del desarrollo. Ese eje es responsable de la asignación de recursos al crecimiento y del mantenimiento de un carácter de acusado dimorfismo sexual como es la masa muscular. Incide, además, en el comportamiento reproductivo. La testosterona, una hormona con funciones múltiples, pero muy relacionada con el crecimiento, la actividad sexual y el carácter (el grado de “masculinidad” del comportamiento), depende de ese eje y es sabido que en diferentes especies de mamíferos, las condiciones nutricionales durante el periodo fetal y las primeras semanas o meses de vida pueden modificar su producción y niveles circulantes en el organismo.
He preparado el siguiente esquema que ilustra de forma resumida este eje hormonal tan importante para el organismo masculino:
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